La salud bucodental en el deporte

Hemos salido del confinamiento para entrar en la primavera más corta de nuestras vidas y, prácticamente sin darnos cuenta, estamos ya con los pies en el verano, la época favorita del año de mucha, aun presentándose más diferente que nunca por el contexto en que estamos situados. Eso quiere decir que disfrutamos de buen tiempo y, con el calor, nos apetece ir a la playa. Y claro, lucir palmito quienes puedan. La realidad es que conforme se acerca el verano, y coincidiendo con temperaturas más amables que durante el invierno, salimos a ejercitar más nuestro cuerpo. Y con aún más ganas después de la cuarentena que nos trajo el coronavirus. Como siempre, hay que hacer deporte de diversas consideraciones como nuestra forma física, la edad, lo acostumbrados que estemos al entrenamiento, etc. Pero, ¿sabías que también influye en nuestro rendimiento la salud bucodental?

Pues sí, así es. Algo importante que tenemos que tener en cuenta si queremos alcanzar nuestros objetivos deportivos es la salud de nuestra boca. Mantener cierta regularidad física es beneficioso para nuestro organismo, pero también para nuestros dientes y encías, ya que has de recordar que la salud de nuestro cuerpo empieza en nuestra boca. Pero, al mismo tiempo, también hemos de tener en cuenta que es algo que se puede tornar en peligro si no lo hacemos bien.

Salud bucodental, salud general

Es probable que nos lo hayas escuchado decir en multitud de ocasiones a los dentistas. Las complicaciones que pueden venir derivadas de enfermedades en dientes y encías pueden ser derivadas al resto del cuerpo, y no solo si padeces de patologías previas. Pongamos un ejemplo muy común cuando volvemos a hacer deporte después de un largo periodo de tiempo. En estas ocasiones, los calambres y las molestias musculares y articulares son una constante, ¿no es cierto? Pues, si padeces de infecciones dentarias o paradentarias estas molestias pueden ir a más que si tu higiene bucodental es de libro.

Las bacterias se trasladan con facilidad a la sangre, y es por eso que tan importante es mantener una boca limpia, porque pueden ‘viajar’ de nuestra boca a nuestro cuerpo, agravando dolores o molestias en zonas del cuerpo que, aparentemente, creías que no podían estar conectadas.

Por eso, también es muy frecuente que suframos de un mayor cansancio, a veces incluso superior al que en un principio achacaríamos a la intensidad de nuestro entrenamiento. Cuando esto ocurre, tenemos que tener en cuenta que una mala salud bucodental puede haber debilitado nuestro sistema inmunitario, y sentir que arrastramos cierta fatiga crónica que hace más fácil que padezcamos contracturas, inflamaciones e, incluso, frustración en pleno entrenamiento al ver que no somos capaces de correr tan rápido como queríamos, saltar tan alto o levantar tanto peso.

Aumento progresivo de la intensidad

Si, aunque sea a nivel aficionado, eres deportista, sabrás que uno nunca puede pretender pasar de cero a cien en un momento. Sea por tiempo de inactividad -como tanto está ocurriendo ahora en España después del confinamiento-, o porque empezamos a practicar un deporte o una modalidad nueva para nosotros, la paciencia es algo de lo que nos tenemos que armar.

Ya hemos visto que las infecciones en dientes y encías pueden agravar lo que parecen pequeñas molestias asociadas al ejercicio, pero en nuestra boca también se aumentan y mucho las probabilidades de desarrollar caries si pretendemos alcanzar un nivel que a día de hoy no nos es posible.

¿Por qué? Porque el sobreesfuerzo en el entrenamiento nos lleva a respirar por la boca, lo cual produce sequedad, como también lo hacen la deshidratación y el estrés asociado a la competición. Esos momentos de máxima intensidad también nos llevan a apretar mucho los dientes, lo que los desgasta y hace más sensibles, pudiendo producir bruxismo. Y, si pretendemos compensar nuestra falta de ritmo con bebidas isotónicas, zumos envasados, batidos o una mayor ingesta de carbohidratos, mejor será que sepamos de antemano que pueden producir hipersensibilidad y poner en jaque el esmalte dental.

Si quieres prevenir la aparición de caries en el deporte, lo mejor será que:

  • En tu hidratación se encuentre agua mineral y, si te gustan las bebidas isotónicas, estas sean con poco azúcar y poco potencial cariogénico.
  • Incluye productos específicos para la prevención de caries y la erosión dental en tu higiene bucodental.
  • No dejes de visitar a tu dentista.

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