Pongamos el símil de que la odontología es como un pulpo al que cada día le crecen los tentáculos y sus posibilidades son cada vez mayores. Esta casuística ha posibilitado que los odontólogos puedan especializarse en nuevos ámbitos, dando grandes oportunidades a aquellos que cursan estos estudios y salen al mercado laboral.
Un odontólogo es un profesional multidisciplinar que se encarga de hacer frente a diversas afecciones que incumben a dientes, encías, huesos maxilares y los tejidos que se encuentran cercanos a estos, como el rostro, el cuello y la cabeza.
La famosa y tan temida enfermedad de la caries es una de las afecciones más comunes de las que un odontólogo se puede hacer cargo. Sin embargo, también tienen que lidiar en el día a día con la reparación de dientes, encías y tejidos dañados como de la limpieza de estos a través de profilaxis dentales.
¿Qué habilidades debe un odontólogo?
Un odontólogo atesora numerosas facultades para desempeñar su trabajo de la forma más eficaz, pulcra y profesional. A pesar de que su destreza mental y manual debe ser imprescindible, estas no son las únicas cualidades importantes que debemos destacar para el buen hacer de este oficio.
Las habilidades sociales, creámoslo o no, son una de las grandes olvidadas y ésta importante característica no le puede faltar a un odontólogo. Una de las tareas de nuestros odontólogos es transmitir esa confianza y seguridad para que nuestros pacientes rompan la barrera de los prejuicios y el miedo al visitar una clínica dental.
El buen trato al paciente es garantía en la mayoría de casos de que el tratamiento va a ir por buen camino y este uno de los estándares imprescindibles que tratamos de maximizar en Clínica Dental Rivas Lombardero.
La tecnología como motor impulsor de la odontología
La odontología es una disciplina que ha evolucionado a pasos agigantados gracias a su acercamiento la tecnología y a mostrarse siempre cercano a la innovación y a querer alcanzar las máximas prestaciones maximizando sus recursos.
En esta misma línea de flotación, el papel de un odontólogo ya no tiene nada que ver con las tareas que se desempeñaban con anterioridad, su empeño por desarrollar sus cualidades y por mejorar sus prestaciones mediante la especialización y la formación continua han hecho de este un perfil capaz de múltiples encomiendas.
Esta metamorfosis tecnológica de la odontología ha permitido que cada vez los odontólogos trabajen cada vez más “fuera de boca” a la hora de preparar estudios bucales. Ha dotado a los profesionales de herramientas que posibilitan que se los tratamientos requieran de una menor complejidad pudiendo realizar técnicas mínimamente invasivas.
En conclusión, las últimas décadas han supuesto una verdadera revolución para la odontología, cambiando a mejor la forma y el modo en la que se desarrollan las tareas en esta profesión.