No sabemos por qué, pero es llegar la Navidad y los productos estrella en las casas de los españoles son el marisco y el turrón. A final de año no hay nada que se revalorice más que estos codiciados manjares que, tomados a su debido momento y en su justa medida, hacen las delicias de los comensales.
Juntarse con aquellas personas a las que tienes tantas ganas de ver aumenta la probabilidad caer en algunos excesos que tenemos limitados a lo largo del año. Controlar la euforia y no convertir la excepción en rutina es clave para no acabar saturado en épocas festivas. Además, saber moderarse en las comidas permitirá no dañar la salud cardiovascular ni la bucodental.
El marisco, el rey de la Navidad
Comer marisco, además de su exquisito sabor, aporta al organismo un alto contenido en proteínas. Algunos ejemplos ricos en este macronutriente son las ostras, los langostinos, los bogavantes, las gambas o los centollos, entre otros tantos. Las propiedades beneficiosas que contienen no solo quedan ahí, pues también son alimentos ricos en calcio (ayuda a formar los dientes) y en vitamina B12, que previene la caries, la periodontitis y la placa bacteriana.
Sin embargo, no podemos descuidarnos porque al morder aquellos mariscos más duros podemos fisurar o fracturar nuestros dientes. Aquellas personas con ortodoncias o implantes dentales son las que tienen que aumentar el cuidado para disfrutar de este manjar sin sufrir ningún prejuicio.
Que no falte el turrón en el postre
Más que por tradición, su inconfundible textura y su inigualable saber hacen que el turrón sea uno de los postres que no faltan en las sobremesas en estas fechas navideñas. Hay variedades por doquier, con el paso de los años se han ido reinventando y añadiendo a la oferta en supermercados cientos de turrones diferentes.
Pero como con todo lo dulce, hay que extremar precauciones y ponerle un límite al azúcar para que no haga estragos en nuestra boca. Si abusamos del turrón, la caries será el menor de nuestros problemas porque podría formarse placa bacteriana y acabar con consecuencias más graves.
Unos días son unos días, se consciente de ello y lávate los dientes correctamente para darte un capricho estos días y no sufrir remordimientos posteriormente.